jueves, 31 de mayo de 2012

sabiduría popular

Viajar en Metro, como trasladarse en transoceánico vuelo (supongo), deja patente, a poco observador que se pueda llegar a ser, la incomodidad e indefensión del humano frente a su igual. 

O sea, que entras en el amanecer apócrifo del vagón suburbano y descubres que, ante tu mirada de reconocimiento, el resto de viajeros oculta la propia. Tomas asiento frente al paréntesis sorprendido de una nínfula generosa de caderas, por ejemplo, y asistes al laboral recorte de unas piernas acostumbradas a sorprender las baldosas. Haces hueco en la esquina mordaz que respira los efluvios ultramarinos de una hembra de estirpe africana y ves huir la respiración que reverbera en su escote. Te acercas al asiento que ocupa un venerable superviviente de guerras y exilios y te golpea el rumor fugaz de un bastón ojeroso. Por resumir (que falta va haciendo), podemos decir que los ciudadanos evitamos la indigna mirada del igual, la cercanía del que, sin pretenderlo, viene a reducir nuestro espacio vital o lebemsraum (como gustaba de nombrarlo Hitler).

El viaje siempre es largo cuando la incomodidad de la cercanía cercena la ilusión de individualidad. Es lo que hay, y nada importa que podamos adivinar las vidas de aquellos que nos esquivan en la huida presurosa de su mirada o su cuerpo. La ojeada de refilón al smartphone, en caso de mediana e incluso escueta edad. El cuerpo al rincón huraño que la vejez permita, en quien ya acaricia el ocaso vital. 
Lo sé, generalizo. Es lo que tienen las sustancias alteradoras de la conciencia.

Reverberó la voz de gruta y aciago atardecer del inconmensurable Leonard Cohen, cuando aún la ventolera violenta de los '80 violaba nuestros pulmones y párpados, para recordarnos que todo el mundo sabe (Everybody knows, en el original):

Leonard Cohen (cortesía de "la red")
Todo el mundo sabe que la guerra no existe,
los buenos la han perdido desde antes de iniciarla.
                    ...
Todos saben que la lucha también fue manipulada:
el pobre permanece pobre, el rico seguirá robando.
                    ...
Todo el mundo sabe que nada está escrito,
todos culpando al destino, saben que no lo saben.
                    ...
Todo el mundo sabe que la Plaga se aproxima,
saben que la enfermedad está avanzando rápido.
                    ...
Todo el mundo sabe que se encuentra en apuros,
todos sienten la cruz que han venido arrastrando.
                    ...
Todo el mundo presiente que se acerca el desenlace, mejor depositen su fe en este Sagrado Corazón que les está hablando, antes de que reviente.
                    ...
Todo el mundo sabe que el tiempo nunca se detiene, así es como marchan las cosas y no hay vuelta atrás (se dan cuenta que el planeta empieza a quejarse).
                    ...
Todo el mundo sabe que debe moverse, así es como podrán salvarse para seguir en la historia.
                    ...
Todo el mundo sabe que la vida no espera, saben que depende más de ustedes... que de mí.
                    ...
Pues eso.

2 comentarios:

  1. Uno de los más grandes para mí, Leonard Cohen.
    Saludos :)

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  2. Te agradezco que me hayas invitado a descubrir este lugar.Tu habilidad y destreza para construir situaciones y sobre todo sensaciones es magnífica, decirte que siendo como soy una adicta a Leonard Cohen, incorporar frases de su famoso Everybody knows le añade a tu texto un matiz que lo expande y que hace que me llegue aún más.


    "La poesía es solo la evidencia de la vida.
    Si tu vida arde la poesía es solo la ceniza"
    (L. Cohen)

    Un abrazo.
    Leha

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soy todo oídos...